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Invasores

 Los árboles pueden convertir las muchas veces contaminadas ciudades en entornos soportables. Aportan a las mismas y a sus ciudadanos múltiples beneficios ya que reducen los ruidos o polución acústica, ayudan a purificar el aire reduciendo la contaminación atmosférica, ayudan a reducir el consumo energético, a mejorar el paisaje urbano, favorecen microclimas donde las temperaturas se suavizan, etc... Los árboles en la ciudad, en definitiva, mejoran la calidad de vida de sus habitantes proporcionándoles un bienestar físico y psíquico.


   A pesar de lo anterior, en la mayoría de los casos no se prevé un sistema de riego antes de su plantación y ésta no se hace de forma correcta o en el lugar adecuado. Tampoco generalmente los árboles se riegan periódicamente y más raramente aún, se abonan o se cuida de su mantenimiento y poda de forma planificada y basándose en criterios técnicos unificados.


   Es de esta falta de concienciación sobre la importancia de establecer planes de plantación, cuidado y mantenimiento de los árboles de la ciudad, desde donde surge esta obra que plantea de forma metafórica una especie de rebelión en la ciudad por parte de estos. Las imágenes que la componen pretenden transmitir como los árboles con sus grandes y frondosas ramas ocultan las fachadas de los edificios de viviendas y oficinas, sus ventanas y balcones e impiden a  sus vecinos y moradores observar la calle desde sus casas u oficinas y disfrutar de la luz del día.

Selu Pérez

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